Fue en medio de esa oscuridad interior cuando el Señor me salió al encuentro. No de forma espectacular, sino con una ternura silenciosa que poco a poco fue deshaciendo los engaños y sanando las heridas. Descubrí que mi “corazón inquieto” no era una maldición, sino una llamada de amor. Era Dios mismo quien, con paciencia infinita, me invitaba a volver a casa.

Así nació este espacio.

Corazón Inquieto no es solo un blog; es el testimonio de una búsqueda, el eco de muchas noches de oración, de lecturas, lágrimas, y redescubrimientos. Es un lugar donde comparto mi proceso de conversión, mi camino de fe y las luces que he ido encontrando en medio del desierto.

Aquí escribo para mujeres como yo:
🌻​mujeres que quieren sanar, creer, orar, y volver a enamorarse de Dios;
🌻​mujeres que están cansadas de lo superficial y anhelan una fe viva, inteligente y profunda;
🌻​mujeres que tienen un corazón inquieto, pero no quieren apagarlo, sino dejar que ese fuego las lleve al Corazón de Cristo.

“Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.”
—San Agustín

Si estás leyendo esto, tal vez también el Señor te esté llamando.

Con Cariño, Sylvi.